*El mensaje es necesario, pero el mensajero debe ser el adecuado. De lo contrario, seguiremos enfrentando resistencia y desconfianza en un tema crucial para el desarrollo de la nación.
Señor presidente Luis Abinader, en República Dominicana todos estamos conscientes de que debemos pagar la luz, reducir las pérdidas y buscar una solución para que el sistema eléctrico sea sostenible. Las pérdidas millonarias que presentan las Empresas Distribuidoras de Electricidad (EDE) año tras año son insostenibles y afectan directamente el desarrollo del país. Sin embargo, aunque el mensaje es correcto, el problema radica en el mensajero elegido para comunicarlo.
El nombramiento de Celso Marranzini como presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED) ha generado un rechazo evidente en la población. Marranzini ha estado presente en cada gobierno influyendo en las decisiones del sector eléctrico, y el pueblo dominicano no lo percibe como un representante de sus intereses, sino como un empresario que vela por los suyos propios.
El mensaje de responsabilidad en el pago de la luz es necesario y justo, pero con un portavoz como Marranzini, se distorsiona antes de llegar a la ciudadanía. Su estilo de comunicación, muchas veces tosco y prepotente, no conecta con la sensibilidad del dominicano. El pueblo rechaza la imposición y prefiere la explicación; no acepta la arrogancia, sino la humildad. Un mensaje de cambio debe ser transmitido por alguien que inspire confianza, no por alguien que el pueblo percibe como parte del problema.
Presidente, si queremos que la ciudadanía asuma la responsabilidad de pagar su consumo eléctrico y apoye las reformas necesarias, se debe reconsiderar quién lleva el mensaje. No se trata solo de políticas correctas, sino de liderazgo efectivo. El pueblo escucha cuando siente que el mensaje proviene de alguien que verdaderamente lo representa y comprende sus necesidades.
El mensaje es necesario, pero el mensajero debe ser el adecuado. De lo contrario, seguiremos enfrentando resistencia y desconfianza en un tema crucial para el desarrollo de la nación.